Demetrio Rojas S.
El pasado veintitrés de diciembre, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, durante el acto celebrado en Salina Cruz, Oaxaca, hizo la presentación del Plan de Desarrollo del Istmo de Tehuantepec, donde dijo “Estamos buscando impulsar el desarrollo del Istmo. Hay lo mero principal: hay voluntad política para transformar esta región. Se pueden tener proyectos, inclusive, recursos, pero si no hay voluntad política, no se hacen las cosas.”
Especificando, “luego de varios intentos, queremos reactivar este antiguo proyecto con algunos criterios básicos: Primero, respetar la opinión de las comunidades y de los pueblos del Istmo. No hacer nada sin consulta de los pueblos. Pero estoy seguro, percibo que la gente va a apoyar este proyecto. Segundo. Que se tiene que cuidar el medio ambiente, no causar daños ecológicos. Y tercero, que sea para beneficio de la población del Istmo de Tehuantepec.
Informó que en el presupuesto presentado a la Cámara de Diputados, ya se contemplan inversiones para el proyecto del Istmo de Tehuantepec, con lo que para comenzar, se autorizarían cerca de mil millones de pesos para rehabilitar la vía, durante el año 2019; y se va a continuar con el proceso de ampliación de la carretera de Salina Cruz a Coatzacoalcos, en el tramo de Acayucan-Matías Romero, con 250 millones de pesos.
Manifestó que en el Plan de Desarrollo Nacional que se impulsa desde la Presidencia “consiste en crear cortinas de desarrollo de sur a norte del país. Por eso el Tren Maya; por eso la siembra de un millón de hectáreas de árboles maderables y frutales en el sur sureste; por eso la rehabilitación de las refinerías y la construcción de la nueva refinería en Dos Bocas, Paraíso, Tabasco; por eso este proyecto, que es otra cortina.”
Y al preguntarse ¿Para qué? Se respondió, “Para que el mexicano, mujer u hombre pueda trabajar donde nació, donde están sus familiares, sus costumbres, sus culturas; que la migración sea optativa, no obligatoria. Que haya desarrollo, haya trabajo, haya bienestar en las comunidades, en los pueblos de origen. Por eso es muy importante este proyecto del Istmo. No van a faltar los recursos. Hablaba de una inversión, que no gasto, inicial de ocho mil millones. Y cada año, durante todo el sexenio, va a tener recursos este proyecto estratégico.”
Dijo también de los efectos que tendría la realización de la infraestructura, al tener las vías, los trenes, los puertos, y contar con una carretera ampliada, que son cerca de 300 kilómetros de Salina Cruz a Coatzacoalcos, y ya teniendo esa infraestructura básica, que calculó tenerla en dos años, al tercer año el Istmo sería declarado como Zona Libre.
Y abundó: Dos años para hacer la infraestructura y, a partir de los dos años, teniendo ya modernizados los puertos, la vía de ferrocarril, a lo mejor ya el nuevo gasoducto, utilizando el derecho de vía que ya se tiene, modernizadas las dos refinerías, Minatitlán y Salina Cruz, entonces, repito, Zona Libre.
E hizo una distinción, “México es un país independiente, soberano, libre, que siempre va a mantener sus principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos, defendiendo su soberanía. Por eso en este proyecto, a diferencia de otros, no vamos a tener inversión extranjera de potencias, va a ser inversión nacional.”
Y, en efecto, si no hay voluntad política y honestidad, las obras no resultan bien.
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