
Capula, Michoacán.- Enormes sombreros, elegantes vestidos largos, flores, colores y otros tantos elementos de mexicanidad son la esencia de “La Catrina”, un personaje que está presente en las celebraciones de vivos y muertos; en el cine, la literatura, la plástica, como un símbolo de identidad mexicana admirado en todo el mundo.
La Catrina satiriza a hombres y mujeres bien vestidos de la época porfiriana que aspiraban a lucir como europeos, a pretender ser lo que no son.
Esta elegante dama nació del ingenio del grabado realizado por el artista plástico José Guadalupe Posada y debe su nombre a Diego Rivera, pero adquirió vida y presencia física en un pequeño pueblo de Michoacán, Capula, donde las trabajan cientos de artesanos gracias a la obra del artista plástico Juan Torres.
“En México toda la vida se ha festejado la muerte y hasta actualmente todavía se convive, se come, se emborracha uno, y la vida vale madre y todas estas cosas en el comportamiento en la idiosincrasia del mexicano”, afirmó el artista plástico en entrevista con Notimex.
“Yo quiero que Capula se convierta en un centro cultura como Coyoacán en México, y bueno, lo hemos logrado porque lo pusimos ya en el mapa. Ya la ´Catrina´ que nació aquí está compitiendo fácilmente con la Frida-manía”, manifestó Torres.
“Pero aquí nacieron, antes no existía nada y la ´Catrina´ bueno siempre se la han adjudicado a José Guadalupe Posada, pero él jamás soñó en la ´Catrina´, él hizo su calaverita garbancera que es un grabadito de este tamaño”, dijo al hacer alusión a la famosa representación de la muerte hecha por el grabador, ilustrador y caricaturista.
“Diego Rivera fue el que la puso, el que hizo el personaje ya propiamente de la ´Catrina´ en su mural, pero bueno hace más de 40 años que yo inicié en Morelia, todavía vivía en Morelia, inicié mis primeras exposiciones inspirado en Posada, porque no hacía solamente la catrina sino que hacia una serie de calaveras”, apuntó el artista.
“Hice tres o cuatro exposiciones en Morelia de calaveras en barro, entonces bueno las hice tridimensionales, entonces podemos pensar que hay tres pasos que se dieron en Posada, en Diego y un servidor, que ya las hice tridimensionales”, añadió.
En los años 70 Torres empezó a elaborar catrinas de barro y tuvieron tanta demanda que hoy la mayoría de los artesanos del pueblo elaboran las figurillas para todos los gustos y presupuestos. La tenacidad de Torres, permitió que se conozca a Capula como la capital mundial de la catrina.

Recordó que de este lugar salieron sus estudiantes “en tres grupos como de cinco personas” y se multiplicaron hasta llegar a unos 250 talleres y ahora más de la mitad de Capula vive del proyecto del artista michoacano.
Juan Torres, creador de la catrina monumental que se erige en el acceso al pueblo alfarero de Capula, dice que desde los primeros años de su vida abrazó el arte con amor y pasión.
Alguna vez galardonado con la presea “Generalísimo Morelos”, Juan Torres mantiene su Escuela Popular de Arte “José Guadalupe Posada” y cuenta con planes para el futuro inmediato.

