REMOLINO POLITICO
FRENTE DE BUROCRATAS: MUDS
El Sindicato de los Burócratas del Gobierno del Estado es hasta hoy el organismo más nefasto del sindicalismo oaxaqueño, convertido en una filial del Gobierno del Estado, al servicio de los intereses de grupos y ex dirigentes, que lo han aprovechado para sus bienes personales y sectarios, lo que ha ocasionado un drástico derrumbe de los derechos laborales, sociales y políticos de los once mil 500 sindicalizados, que por supuesto viven en muy bajas condiciones de vida al no contar con la defensa de sus intereses en lo profesional, político, laboral y salarial.
Es un sindicato que ya no es un sindicato, sino un apéndice o una filial dentro de la misma estructura del gobierno de Murat, que no ha dejado de entrometerse en los asuntos sindicales, principalmente en el proceso de la elección de los dirigentes de este organismo que estatutariamente se realiza cada tres años.
En estas condiciones fue electo el actual Comité del Sindicato de los Burócratas del Gobierno del Estado, cuyo Secretario General es Juan Ignacio Cruz Villavicencio, quien llegó al poder sindical tachado de ser más de lo mismo, la misma corrupción y componendas, que lo estigmatizan como un dirigente “charro” espurio y viciado de origen, al ser un apéndice más del gobernador en turno, pero a la vez mangoneado por uno de los ex dirigentes más siniestros y corruptos que haya tenido dicho sindicato, Reveriano Chagolla, al servicio de parte oficial.
Pero las esperanzas no han muerto, aún existen voces, que proponen levantar este esqueleto sindical. Es sin duda el mismo organismo anticorrupción denominado, Movimiento Unificador Democrático Sindical, MUDS, corriente ideológica del mismo sindicato, encabezado por uno de los viejos sindicalistas, Constantino de Jesús Valeriano, quien propone la conformación de un Frente Común Estatal, cuyo organismo tiene la finalidad de rescatar a este sindicato fuera de sí, acabar con la corrupción , los manipuleos, fraudes y vicios, pero sobre todo acabar con la imposición de sus dirigentes, que al llegar al poder se entregan a los vaivenes del gobierno estatal en turno y se olvidan de las demandas de los trabajadores.
Los objetivos serían: reformar a corto plazo, ya, los estatutos de la gremial sindical que por supuesto son obsoletos, ya que datan de agosto del año 1978, es decir tienen una vida de 40 años y por lo mismo ya no funcionan, en aquel tiempo solo había 800 trabajadores sindicalizados, hoy son once mil 500, lo que resulta una bomba de tiempo ante la anarquía, autoritarismo y la fatal corrupción del gremio.
También se requiere de una contraloría interna sindical para mantener estrecha vigilancia de los recursos económicos, vía cuotas sindicales, materiales y humanos que van a parar al escaño de la corrupción, es decir se requiere con urgencia de la rendición de cuentas para evitar que los dirigentes entren pobres y salgan millonarios, así también, una comisión de vigilancia y otra de honor y justicia, entre otras reglas claras para la elección democrática de los dirigentes sindicales, es decir, se requiere de la depuración de este garrafal sindicato corrupto.
Para esto, Valeriano, hace un llamado a la unidad del gremio sindical, a olvidarse de las rebatingas, las estériles polémicas y todo lo demás, para agrupar a todos los sindicalizados aun a las agrupaciones, ex dirigentes y dirigentes, a sentarse en mesas de dialogo, foros, o lo que esa, para analizar la problemática del sindicato de los burócratas con la finalidad de emitir reglas claras, políticas, estrategias y convocatorias para rescatar a este organismo, mismo que a estas alturas debe ser un sindicato sólido, combativo y defensor de los intereses del gremio.
Rescatar el sindicalismo es urgente, pues vamos de mal en peor, se han perdido algunas conquistas sindicales que anulan el bienestar de los trabajadores. Lo perdido: el tabulador, la clínica dental y prerrogativas, que limitan los derechos laborales, profesionales y económicos de los sindicalizados, que ya no tienen otra alternativa, más de someterse al charrismo de sus dirigentes. El actual, Juan Ignacio Cruz Villavicencio se duerme en sus laureles, pero en el corto tiempo que tiene en funciones, ha hecho corruptelas con el gobierno estatal, es decir mediatiza las demandas del gremio, pues en este año aceptó el 4.2 por ciento de incremento salarial y el 3.2 en prestaciones sociales esporádicas, es decir los mismos porcentajes del año pasado, lo que resulta irrisorio ante la espiral inflacionaria. Están en capilla los ex dirigentes: Juan Rafael Rosas Herrera y Joel Castillo Pérez, quienes esperan una auditoría por corruptos.
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