PEÑA NIETO EN EL SUEÑO DE LOS JUSTOS. 

Mario CASTELLANOS ALCAZAR        

REMOLINO POLITICO

 

El Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, ya está en funciones, aunque de facto, porque su imperio inicia oficialmente el uno de diciembre del presente año. Tiene un poder tan endiosado, que ya es él, y por supuesto que el Presidente actual, Enrique Peña Nieto está durmiendo el sueño de los justos, aparentando las formas y los tiempos, sí, pero a disposición y la orden de su sucesor.   

Obrador es el que se lleva los reflectores, los aplausos, reconocimientos y por tanto es el foco de atención a nivel nacional e internacional, asediado, porque todo mundo quiere conocer el desarrollo de su nuevo proyecto de nación en cuanto a sus estrategias, iniciativas, programas de austeridad, principios que aplicará en el combate a la corrupción y su plan de austeridad republicana.   

Fueron 30 millones 113 mil 483 votos en favor de López Obrador, que lo llevaron al triunfo inobjetable y por consiguiente fue reconocido por los contendientes que se disputaron la presidencia de México, por tanto, ya tenemos al nuevo presidente de izquierda: Obrador, quien representa un alto contenido histórico, pero a la vez un reto, porque tiene a cuestas la transformación política, económica y social de México. 

Ahora, como Presidente Electo de la República Mexicana tiene todo el poder para realizar la transformación que requiere la nación mexicana, desde luego, lo primero es el proceso de la entrega recepción del gobierno que recibirá el uno de diciembre del presente año, cuyo periodo es de un sexenio. 

Lo importante es que cuenta con el apoyo de los votantes y asimismo de las instituciones mexicanas, del presidente en funciones, Enrique Peña Nieto, quien ha reconocido el triunfo de Obrador, por lo que está en la mejor disposición de entregar la estafeta, bajo las estrictas medidas de seguridad que garanticen la paz y la estabilidad del territorio mexicano. 

Cabe destacar, que hasta hoy, existe cabal salud política en el país en lo que respecta al proceso electoral y la transición del poder, cuyo trance es terso, como la luna de miel entre el gobierno que sale y el que entra. Ambos han establecido las reglas de la entrega recepción de la silla presidencial, unidos, después de tan accidentado proceso de elección que parecía terminar en un estallido social porque se trataba de borrar el sistema de gobierno neoliberal capitalista de Peña por uno de corte socialista que acabaría con la corrupción, la impunidad, los fraudes, la violencia y todos los males que  padece México. 

Por su parte López Obrador volvió a rectificar que no le fallará a los mexicanos, pero a la vez será respetuoso de la autonomía de los poderes del Estado. Se refirió al Ejecutivo, Legislativo y Judicial, a los que dejará en completa libertad para ejercer sus propios derechos y funciones. No influirá en la emisión de los dictámenes de las instituciones ni se convertirá en el poder de los poderes. 

En mi gobierno, dijo, Obrador, no habrá palomas mensajeras ni halcones, más que la libertad absoluta y la práctica inminente de la democracia con la finalidad de mejorar las condiciones de vida de los mexicanos. No habrá consignas ni abusos de poder, pues todo será en base a la legalidad y a la luz del día. Nada a espaldas del pueblo, todo con el pueblo y para el pueblo. 

Desde luego, para lograr el trabajo prometido desde su campaña electoral, que no es nada fácil, pero tampoco imposible, tiene que empeñar su tiempo completo, como ya lo viene haciendo desde el siguiente día de la elección del uno de julio, por lo que lleva un adelanto, como el haber iniciado  los Foros de Pacificación y Reconciliación Nacional que  realizará en distintas entidades del país, sobre todo en donde se ha desbocado  la brutal violencia, como en Ciudad Juárez, en donde hizo un llamado a la unidad de los mexicanos para reconciliar al país a través de la concordia y la tolerancia con el fin de no generar más violencia. 

En mi gobierno, señaló, no habrá odios ni rencores, solo amor y paz, nada de venganzas, ni la aplicación de la ley del talión, ojo por ojo, ni diente por diente, porque sí, así fuera, nos vamos a quedar sin dentadura y ciegos, pero también desechó la consigna, que dice, ni perdón ni olvido, eso no, enfatizó: perdón si, olvido no, que desde luego a las víctimas no les  gustó, sin embargo, todo se llevará a consulta para que el pueblo decida lo que se va hacer.       carloscastellanos52@hotmail.com 

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