“La libertad de prensa, lo mismo que todas las libertades, tendrá sus inconvenientes, tendrá sus peligros; pero con todos ellos es preferible a la tranquila placidez del despotismo, como decía Tácito”.José Maria Vigil
Todo individuo tiene derecho a la libertad de expresión y de opinión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión». El recurso (matar al mensajero) ha sido practicado de forma continuada, durante las últimas décadas, en muchas naciones de América Latina incluyendo México. Un recurso extremo, límite, que suele estar precedido de amenazas, agresiones físicas, chantajes y extorsiones. Que tiene un reflejo colateral en modalidades de censura y autocensura, corrupción o exilio. Resultados de la profunda contradicción entre los marcos constitucionales de las naciones, formalmente democráticos, y las prácticas que burlan la libertad de expresión y el derecho a la información. Las agresiones a periodistas son, en no pocos países, una práctica que no es exclusiva de las situaciones excepcionales (dictaduras militares, guerras civiles, etc.), alcanzando también otros escenarios, en los que se percibe el juego del crimen organizado, las mafias del narcotráfico o las posiciones de poder de los cacicatos residuales y la discrecionalidad de determinados cuerpos policiales, militares y paramilitares.
En el periodismo de vez en cuando surgen figuras que rompen los moldes no como un reto, sino porque ello es parte misma de su naturaleza. Para los Oaxaqueños el debate sobre la libertad de expresión es inconmensurable, es decir, nadie sabe a ciencia cierta dónde inicia ni donde concluye. Factores políticos, como las elecciones, los poderes constituidos, grupos formales e informales y en especial los medios de información, hablan de la Libertad de Expresión, como si se tratara del Día de Navidad o de una festividad tradicional.
Aunque resulta inobjetable que en los últimos años se ha advertido de un ensanchamiento del ejercicio crítico de las libertades de expresión e información en Oaxaca y sobre todo a nivel nacional, lo cierto es que paradójica o consecuentemente los golpes, las restricciones y hasta las presiones e intimidaciones abiertas o embozadas continúan acechando de manera recurrente al gremio periodístico.
En el caso de nuestro estado, en la actualidad nos encontramos viviendo circunstancias de hechos delictuosos que van en perjuicio de la libertad de expresión y sobre todo en contra de las garantías de seguridad, trabajo e imprenta, de los trabajadores de los medios de comunicación, que en el ejercicio de tales funciones han sido agredidos, con la intención de coartar el libre derecho a la libertad de trabajo y de informar a la ciudadanía de las situaciones que suceden en Oaxaca; aunado a ello, los lamentables acontecimientos suscitados en nuestra entidad producto del desgarramiento del tejido social, la pobreza extrema en los sectores más vulnerables, la violación constante de los derechos humanos, la migración, la impunidad y la corrupción generalizada; han encontrado como respuesta un gran fracaso político estructural del gobierno estatal, que ha tenido en su gabinete como instrumentos y mejores credenciales la inoperancia y la ineptitud, contra la fuerza de la razón del pueblo por defender el inquebrantable legítimo derecho a tener una vida mejor.
Tal parece en Oaxaca que la indiferencia del Ejecutivo representada en un “condescendiente” Alejandro Murat, con esa actitud de ojos cerrados, oídos sordos y falta de atención en la búsqueda de soluciones a los conflictos políticos y sociales de los sectores y comunidades del Estado; hay tal desconocimiento que ni siquiera se cuidan de evitar pleonasmos, han perdido de vista que nuestra entidad, Oaxaca, no merece que le demos el destino de la violencia, la ingobernabilidad y anarquía, sino sentar las bases para que el futuro de las generaciones no sea el odio, el encono y la venganza.
Es de suma importancia en Oaxaca seguir denunciando el intento por coartar la libertad de expresión que va en un preocupante aumento en contra de los trabajadores de los medios de comunicación, los agravios son muchos, a los que se suma la “agresión” hacia camarada reportero gráfico JOSÉ LUIS JERÓNIMO el día de ayer durante el enfrentamiento de dos Sindicatos de Transportistas.
Más allá de las películas de intrigas mediáticas, los organismos de derechos humanos señalan que la profesión de periodista es una de las 3 más peligrosas en México, Decenas de servidores «de lápiz y papel», sean empresarios de medios de información o reporteros de fuente, han perdido y exponen su vida en defensa de su profesión a ellos y a todos los periodistas Oaxaqueños que han sufrido cualquier tipo de agresión nuestra solidaridad, pero sobre todo nuestro respeto. Es el momento de redoblar esfuerzos por garantizar en nuestro Estado y en nuestro País la LIBERTAD DE EXPRESION y la EXIGENCIA DE JUSTICA.
Oaxaca de Juárez, Oax; Mayo de 2018.
ATENTAMENTE
MOVIMIENTO AL DESARROLLO Y LA DEMOCRACIA. (MADD) A.C.
OMAR BLAS PACHECO


