Mario CASTELLANOS ALCAZAR

 

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La muerte del niño Edwuard Luna trujillo por presunta negligencia médica que dio lugar al encarcelamiento del traumatólogo Luis Alberto Pérez Méndez  es un precedente que debe resolverse conforme a la ley sin tintes políticos ni presiones de las organizaciones médicas, marchas, paros, ni arrebatos de ninguna índole, sino con  absoluta investigación y criterios profesionales. 

El respeto debe ser para ambos protagonistas es decir al cuerpo médico digno de reconocimiento cuando la  profesión se ejerce con vocación de servicio y profesionalismo, pero también a la sociedad y a los familiares de los infortunados seres humanos que pierden la vida por negligencia médica. 

La irresponsabilidad llega a florecer en cualquier gremio de profesionistas por mayor vocación que tengan, voluntaria e involuntariamente, ante los ojos de la sociedad, que exige cada día mejores servicios de salud y por supuesto nadie está conforme cuando se le presenta un caso de negligencia médica, como en el caso de operar en la clínica del Valle donde no hay el equipo necesario o se le inyecta al paciente sobre dosis de lidocaína (anestesia), como ocurrió en el caso del pequeño Edwuard, que pone en entredicho el servicio del personal médico, más si este incurre en la amenaza y se revela en contra de la autoridad que ejerce el oficio de árbitro e impartición de la justicia, pero este también tiene la responsabilidad de actuar con suma meditación y profesionalismo con el fin de no incurrir en abuso de sus funciones. 

En estas circunstancias, el Fiscal General de Justicia, Rubén Vasconcelos Méndez y su cuerpo de peritos dictaminó en el caso de Edwuard, homicidio con agravante de responsabilidad médica o dolosa en forma eventual. El dolo surge en el momento en que el traumatólogo imputado no tomó las medidas de precaución necesarias para que el menor no perdiera la vida, pues el dolo eventual ocurre cuando el médico sabe el riesgo que corre un paciente y no toma las medidas necesarias para evitar un fatal incidente. 

Estos son los términos en que la ley tipifica este saso de homicidios dolosos que pudieran ser intencionales, precisamente por la negligencia del personal médico, o como quiera que sea intencional o no intencional, el cuerpo de la muerte por negligencia que sería lo más propio existe y nadie lo puede tapar, simplemente  porque el imputado por más calidad profesional que tenga y asimismo una trayectoria excelente, tuvo un mal momento por diferentes causas internas o externas, falta de equipo quirúrgico o por problemas personales que en esos momentos ofuscaron su sabiduría y fue cuando el pequeño Edwuard se  escapó de la vida, caso fatal. 

Lo más sensato es que este caso debe ser tratado y juzgado con suma diligencia y sabiduría profesional por parte de los encargados de administrar la justicia es decir con apego a derecho para no afectar a ninguna der las partes porque ambas son tan importantes, figurado que la sociedad en su conjunto realizara una serie de manifestaciones para exigir castigo por negligencia médica, que sería lo más idóneo pues está tendría mayor validez que las que pretenden realizar los organismos médicos a nivel estatal y nacional, nada más contradictorio porque los manifestante están quedando en evidencia y en tela de juicio a menos que los trabajadores de la salud lo hagan para exigir la agilización de las investigaciones y que al indiciado se le brinde el derecho natural de su legítima defensa pero no para amagar ni pedir la destitución del Fiscal General de Justicia en Oaxaca, porque están incurriendo en actos de poca racionalidad mientras se desampara a las víctimas de las inclemencias imprevistas del personal médico. 

El pueblo también puede manifestarse para exigir respeto a sus derechos humanos y garantías individuales, mejores servicios de salud, antes de ser víctimas por negligencia médica, tomando en cuenta que la pérdida de un ser querido afecta a todos, no solamente a los padres, sino al conglomerado porque no sabemos a quién le toca mañana, aun pudiera ser el hijo de un prominente médico, que por supuesto no quedaría conforme y elevaría su enérgica protesta ante los tribunales correspondientes sin tener que argumentar medidas drásticas como un paro de los trabajadores de la salud, solo la aplicación de la ley por encima de los intereses políticos o de grupos agitadores que quieren hacer valer su fuerza bruta. 

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